La mayor de las Pitiüsas, Ibiza, es generalmente conocida por sus veranos, pero esta preciosa isla también se puede disfrutar fuera de temporada. El mejor momento para ello es en primavera, y te contaré por qué.
La mayor de las Pitiüsas, Ibiza, es generalmente conocida por sus veranos, pero esta preciosa isla también se puede disfrutar fuera de temporada. El mejor momento para ello es en primavera, y te contaré por qué.
El invierno se encarga de recolocar lo que el verano desordena. También sucede con uno de los bienes más preciados de la isla: sus playas. El año se despereza entre el vaivén tranquilo de las olas en calas de aguas cristalinas y muchos residentes empiezan a disfrutar de las playas.
La temperatura del mar durante los meses de abril y mayo ronda los 16ºC. No obstante, un baño en un mar tranquilo y transparente es algo que hace olvidar el frío. La arena conserva durante la primavera su frescor invernal y transmite la paz y la calma que refleja el mar.
Esta tranquilidad se transmite por igual a los restaurantes, que abren durante esta estación sus puertas. Paulatinamente, podemos ver terrazas que sacan las mesas y l@s camarer@s simpátic@s y agradables invitan a pasar y charlar.
El invierno ha calmado el estrés del verano y los lugareños empiezan la temporada relajados. Una perfecta ocasión para mezclarse con los residentes en los bares tradicionales y entablar conversación. Serán esas personas arraigadas en la isla las mejores guías de turismo que puedas encontrar.
Bajo un sol brillante y temperaturas agradables, se pueden realizar rutas de senderismo o paseos por las localidades. Muchas de las rutas marcadas serpentean la costa de Ibiza.
Es una maravillosa forma de descubrir las diferentes formaciones de roca. Los colores rojizos característicos de la tierra arcillosa toman tonalidades blancas y negras según la zona. Sobre la firme tierra, los pinos crecen del color verde brillante, tan característico de Ibiza.
Los campos son un elemento que muchas veces no se comenta en las guías. La primavera es la estación más indicada para conocer el interior de Ibiza en todos sus colores. Amarillos, verdes, rojos, rosas, blancos y azules son algunas de las tonalidades que cubren la tierra.
Gracias a un invierno lluvioso, los campos disfrutan este año de agua corriente. Los numerosos torrentes son durante estos meses portadores de vida. El Río de Santa Eulalia, único en Baleares, ha rehecho su caudal y fluye al mar cerrando el ciclo vital del agua.
Intercorp también abre sus puertas durante la primavera al son del ritmo tranquilo de la isla. ¿Necesitas más razones para descubrir Ibiza en primavera?