Una puesta de sol en Ibiza, algo tan mágico, y a pesar de ello, tan efímera… Los mejores momentos nunca duran dicen, ¿no?
Una ventaja: hay 365 puestas de sol al año. Nunca fallan, ni un día. Así que a todos nos sobran las oportunidades de verlas, sin ninguna excusa.
Nunca será igual, pero como pilléis un buen día de sol, será siempre increíble.
And the good thing is that, in Ibiza, there are 300 days of sunshine a year so it would be really unlucky if you don’t get at least one during your holidays!
Nosotros nos alojamos en San Antonio, y ya desde nuestra habitación en el Marina Palace, la piscina y el restaurante disfrutamos de un espectacular atardecer cada día. También desde varios lugares de la zona que rodea San Antonio, ya que la bahía se encuentra en el oeste de la isla.
Toda la zona oeste de la isla tiene lugares espectaculares para vivir la puesta de sol de tus sueños, pero es verdad que cada uno tiene su rincón preferido. Éstos son los que a nosotros nos enamoraron.
Cala Salada: En verano, el sol se pone detrás de las colinas, dando un color rojizo a las rocas; mientras que a finales de temporada, el atardecer es aún más increíble, con un sol que se esconde en el mar.
Cala Codolar: En el pequeño acantilado arriba de cala Codolar, encontramos una paz que no hemos encontrado en ningún otro lugar. ¿Y al horizonte? Mar, mar, mar y más mar.
Al norte de San Antonio, encontraréis el Bar/Hostal Sa Torre: en este lugar, aprovechamos para tomarnos un gin tonic de lujo en la terraza (sólo los mayores claro) mirando la puesta del sol. El ambiente y la música hacen que lo disfrutamos más aún. ¡Grandioso!
Cala Compte. Tanto habíamos oído hablar de Cala Conta que no nos quedó otro remedio que ir. ¡Y no nos decepcionó! Sus aguas cristalinas, los islotes que se encuentran en frente, las zonas de rocas y arena… iluminado por los rayos que van cambiando de color… ¡un espectáculo inolvidable!
Bahía de San Antonio. Es un clásico, pero también hay que vivirlo. El paseo está lleno de bares donde observar la puesta de sol. Nosotros no elegimos pararnos en ninguno de ellos, sino hacer todo el recorrido del paseo del mar con los niños.
Un auténtico lujo fue el restaurante Miramare Sunset que pertenece al hotel donde nos alojamos, aunque está abierto al público. Los mejores cócteles de la zona y además varios días a la semana hay espectáculos amenizando la puesta de sol y la cena. ¡No podíamos pedir más!
Un día de nuestras vacaciones, elegimos hacer una excursión a Es Vedrá en barco. A la vuelta, contemplamos la puesta del sol, en mitad del mar, con vistas sobre el islote de Es Vedrá. No hace falta que te diga nada más, ¿verdad? Un pasada.
Este año volvemos a Ibiza y veremos más, espero. ¡Ya tecontaré! ¿Cuáles son tus favoritas?