El movimiento hippie que comienza en San Francisco, se extiende rápidamente y llega a Ibiza en los años 60, se convierte en un pequeño paraíso donde se mezclan personas, ideas y culturas de diferentes países del mundo, algo que hoy en día queda latente.
En aquella época, que me hubiera encantado vivir, la isla se nutre de artistas e intelectuales, haciendo de Ibiza un lugar mágico que atraía un gran interés por su naturaleza, el clima y la gran libertad que en ella se respiraba.
A estos primeros hippies que llegaron, y que los ibicencos recibieron con sorpresa, les llamaban los “peluts” (peludos), se alojaron en casas de campo formando comunas y comenzaron a ganarse la vida fabricando sus artesanías, así fue como surgieron los mercadillos.
Aún queda esa esencia hippie en Ibiza, son muchos los rincones que permanecen intactos, que hace 50 años enamoraron a todos estos viajeros y que hoy en día lo siguen haciendo. Yo soy uno de ellos, un enamorado de esta isla tan especial.