Si hay algo que nos encanta de Tenerife es su naturaleza y la diversidad de sus paisajes.
Infinitas playas de arena, el pico más alto de España, parques naturales, acantilados gigantes, barrancos, y también infinidad de piscinas naturales… o como allí lo llaman ‘charcos’.
Los charcos son lugares únicos que se forman entre el mar y las rocas. Por la erosión del mar y el viento, en las rocas volcánicas se van formando estos charcos o piscinas naturales donde disfrutar de una conexión total con la naturaleza más salvaje.
Imagina la inmensidad del mar delante de ti pero a la vez estar protegido por las rocas. Es una sensación de equilibrio entre el caos y la paz más absoluta, un sentimiento de control y tranquilidad, y a la vez ser consciente del poder salvaje de la naturaleza.
En una de nuestras vacaciones a la isla de Tenerife tuvimos la oportunidad de hacernos un recorrido en búsqueda de estas piscinas naturales, y desde entonces estamos enganchados a ellas.
Éstas son las más que más nos gustaron:
Charco del Viento (the wind puddle)
Es el resultado de antiguas erupciones volcánicas, que han formado una preciosa bahía natural en la que dos brazos de lava petrificada protegen estas piscinas del fuerte oleaje de la zona.
Nos encanta porque es un lujo bañarse en sus aguas cristalinas, y a los niños les entusiasma descubrir plantas marinas y pececitos con las gafas de snorkel.
Está situado en el barrio de Santa Catalina, La Guancha.
The Tancon/ El tancón
Es una espectacular piscina natural escondida dentro de una cueva. La primera vez que la vimos nos quedamos sin palabras.
Un regalo de la naturaleza único al que también hay que tener respeto, y mucha precaución. Si el mar no está en calma es mejor no meterse para evitar cualquier peligro.
Está situado en la costa del Puerto de Santiago, cerca del hotel El Marqués Palace.
The Caletón/ The Caletón
La erupción del volcán Trevejo sepultó hace más de 300 años parte del pueblo de Garachico y estas piscinas son la consecuencia de esta caprichosa obra de ingeniería creada por la naturaleza.
La costa de rocas luchando con la fuerza del viento y las olas, hacen de su entorno un paisaje espectacular. Además el acceso está acondicionado y por tanto adaptado para todos los públicos.
Situado en Garachico, en la zona norte de la isla.
Charco de la Laja
Sus vistas espectaculares y aguas tranquilas y cristalinas hacen de este paraíso volcánico uno de los lugares con más encanto de la zona.
A pesar de que el acceso es sencillo y está también preparado para los bañistas, tenemos que ir con mucho cuidado con el oleaje, sobre todo si vamos con niños.
Situado en la costa norte de Tenerife en San Juan de la Rambla.
Éstos son nuestros lugares preferidos, pero hay una gran variedad de piscinas naturales y charcos por toda la isla. Muchas están ya adaptadas para el turismo y otras más salvajes todavía conservan un espíritu indomable.
Ahora es tu turno, tú eliges cuáles son los tuyos. A nosotros todavía nos quedan bastantes rincones por descubrir.