Una vez que pruebas algo que te gusta mucho, es muy difícil no volver a repetirlo. Esto nos pasó en nuestras primeras vacaciones en Ibiza.
odo salió tan redondo que aunque cada año intentamos cambiar de destino, siempre reservamos algunos días para volver a disfrutar de la isla. Es nuestro momento en familia de relax, diversión y conexión con la naturaleza.
La isla ofrece infinitas opciones de ocio y descanso, y cada año vamos probando alguna nueva, eso sí, sin dejar de repetir nuestras favoritas.
Lo más importante para unas vacaciones de lujo en Ibiza es elegir bien dónde vas a alojarte. Como nosotros somos muy independientes y nos gusta sentirnos como en casa allá donde vayamos, solemos alojarnos en un apartamento. Eso sí, un apartamento con todas las comodidades, y muy importante, una buena terraza.
Ojo, hay que tener cuidado y elegir un hotel o apartamento del que tengas buenas referencias, ya que puedes encontrarte con alguna que otra sorpresa.
Una vez tengas tu nido sólo hace falta preocuparte por cómo quieres descubrir, disfrutar y aprovechar al máximo la isla.
Una idea. Nada más llegar, una vez dejéis las maletas en el apartamento y os pongáis ropa cómoda, la mejor manera de conectar con la isla es yendo a un chiringuito o terraza en el que tomar un cóctel bien frío. Este hecho hace que empiece el ‘modo vacaciones’. A partir del momento en el que das el último sorbo ya no hay vuelta atrás: tus vacaciones en Ibiza han comenzado.
Y dependiendo de cómo os guste disfrutar de vuestro tiempo libre, tenéis mil formas de pasarlo bien y actividades de ocio disponibles.
Si os gusta navegar y sentir el mar en cada poro de la piel, alquilar un barco durante unas horas o durante todo un día es una estupenda elección para unas vacaciones de lujo. Conocer la isla desde el mar es una experiencia única ya que cambia totalmente la perspectiva, y además hay algunos rincones a los que sólo hay acceso por mar.
Hablando de perspectiva, una de las actividades más apasionantes que puedes realizar en familia es sobrevolar la isla en globo aerostático. Los niños alucinan con la altura y los paisajes, y los mayores más aún. Sin darte cuenta vuelves a ser un niño viéndolo todo con ojos nuevos, y descubriendo la isla por primera vez desde otro punto de vista.
Y lo mejor para terminar las vacaciones es regalarte unas horas sólo para ti y darte un momento de desconexión total. Si no, no son vacaciones.
Mi propuesta, y ésta es de las que repetimos cada año, es pasar una tarde o una mañana en un spa. Tranquilidad, relax, silencio, bienestar… hacen que te renueves y te cargues de energía, y te preparan para que sea menos duro el final de las vacaciones.
Espero que si todavía estás planeando tus vacaciones de este verano en Ibiza te sirvan de guía estos consejos. Y si no, seguro que has disfrutado tanto como yo soñando con tus próximas vacaciones.